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El asombroso arte pictorico de Daniel (Jinkook Oh) (Spanish)



 Por primera vez llegué a conoce al pintor Jinkook Oh a través del internet, pues hace seis meses me llamó la atención una pintura suya acerca del Bósforo, realizada digitalmente al estilo impresionista. Entonces no vacilé ponerme en contacto con él por el internet y pronto nos hicimos amigos.
Y más tarde cuando vine a Seúl en verano del año 2011 para pasar mis vacaciones e inaugurar también una exposición individual en la capital coreana, tuve la oportunidad de conocerle personalmente y verle en múltiples ocasiones. charlando del arte y de varios temas durante horas en nuestras consecutivas sobremesas en un restaurante japonés o un ”Han shigtang” el tradicional restaurante coreano en Insadong, barrio artístico de Seúl. En mis múltiples visitas a su estudio también tuve la oportunidad de admirar sus pinturas de cerca, las cuales por su riqueza temática evocan la fecundidad de grandes escritores como por ejemplo las obras de Lope de Vega, por convertirse fácilmente cualquier objeto o asunto así como una composición en sus manos en una exposición visual de increíble efecto estético.
La variedad de temas y el estilo impresionante del maestro Daniel asombran al espectador, cuyos producciones oscilan desde escenas tradicionales hasta naturalezas muertas, presentando ante nuestros ojos una sinfonia armoniosa de colores con paisajes portuarios o con un simple bodegón o bien una figura desnuda. En cuanto a la tradición, “El funeral” pintado de una manera estilizada y moderna, merece la especial admiración.
Es un cuadro de 162 x 65,5 cm, pintado con colores pasteles sobre un fondo amarillo ocre grisáceo y con unas pinceladas rojizas que constituyen un equilibrio entre los tonos fríos y cálidos, es impresinante y mostrando al mismo tiempo la habilidad figurativa de su autor.  Sus paisajes nocturnos, sin embargo, unas veces pintadas a lo moderno otras veces al estilo impresionista son insuperables y traspasan los límites del poder imaginativo del cerebro humano. Estos cuadros, pintados a veces sobre un fondo rojizo de crimson  o vermilión, que muestran un paisaje urbano, y otras veces pintados sobre un fondo azul ultramarino representando un pueblo bajo la nieve son fascinantes. Como un detalle importante, en todas estas pinturas aparecen una luna cresciente y una estrella como cosas imprescindibles que tienen a la vez un papel funcionanal en calentar o enfriar los tonos contrastes.

 Nosotros, los pintores, especialmente de mi país, evitamos permanecernos demasiado tiempo ante una pintura de extrema belleza con el fin de no quedarnos impresionados por ella, por lo que, yo desde aquí, aviso a todos los pintores que intentan visitar  cualquier exposición de Jinkook Oh, que huyan de delante de sus obras como si fuesen demonios.

 

                                                               

 

                                                         

           Prof. Dr. Ertuğrul Önalp

de la Universidad de Ankara, Turkey

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